La variante “Frankenstein” del COVID ya se detectó en Argentina

Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como las autoridades sanitarias nacionales coinciden en que “el riesgo adicional para la salud es bajo”. Esta recombinación genética, frecuente en la evolución del SARS-CoV-2, permite que el virus adquiera nuevas características y, en ocasiones, ventajas adaptativas que favorecen su diseminación.

En ese sentido, el reporte epidemiológico  indicó que esta subvariante no representa mayor transmisibilidad o peligro: “No hay informes que sugieran que la gravedad de la enfermedad asociada sea mayor en comparación con otras variantes circulantes”, detalla el boletín.

La proporción global de XFG aumentó de 7,4 % a 22,7 %, con incrementos notables en el Sudoeste Asiático, Europa y América, especialmente en Brasil.

Uno de los aspectos clínicos más llamativos de la variante Ómicron XFG es la aparición frecuente de ronquera o afonía, un síntoma que puede permitir a los médicos diferenciarla de otras variantes. Además de la disfonía, los pacientes pueden experimentar fiebre, dolor de garganta, tos seca, fatiga y malestar general, síntomas habituales en las infecciones por SARS-CoV-2.