Tras la bendición bajo la lluvia, comenzaron a transitar hasta la localidad de Itatí, cubiertos con rompevientos, pilotines y hasta algunos con bolsas de consorcio para protegerse del agua. La 46ª Peregrinación Juvenil del NEA bajo el lema “Como María, peregrinos de esperanza”.
Los paraguas y hasta sombrillas de playa no faltaron para el resguardo ante tanta caída de lluvia. Incluso, se observó a algunos jóvenes que decidieron cubrir, proteger sus zapatillas también con bolsas, ya que debían caminar por la banquina donde el barro se hizo sentir.
“Es un año especial, es un año jubilar”, señaló Iara, quien junto a David contó que alentaron a los peregrinos junto a otros referentes de las diócesis que conforma la pastoral juvenil. Explicaron que ofrecieron servicio de salud, el que incluyó la provisión de curitas, átomo y hasta masajes de ser necesarios, además de agua y alguna fruta para su largo transitar.
“A los jóvenes les decimos que no pierdan las esperanzas, son peregrinos que en Jesús pueden hacer todo”, señalaron. Entre otros grupos de apoyo, época conversó con fieles de la vecina provincia de Chaco, quienes contaron que llegaron con su grupo de la parroquia Santísima Trinidad.
A pesar de las demoras propias del cruce en el puente interprovincial, pudieron estar a tiempo para acompañar a los 43 peregrinos de su parroquia. “Es una bendición servir con la lluvia”, dijo una de ellas a quien a simple vista se la vio completamente mojada atendiendo a los peregrinos. Contó que se trata del tercer año que participan como parroquia, pero el primero como apoyo.
Cerca de la localidad de San Cosme estaba “Juani”, un joven estudiante de Agronomía oriundo de Charata, Chaco, a quien se lo vio hacer estiramientos, elongaciones. “Es la primera vez que vengo. Soy de Charata, pero estudio en Corrientes”, contó y agregó que junto a su madre decidió lanzarse a vivir la experiencia de caminar agradeciendo a la Virgen de Itatí por la salud y todo lo bueno recibido en lo que va del año.
