El “efecto Barbra Streisand” pone en apuros a Trump y lo lleva a cruzar otra frontera

Muchos en Estados Unidos advierten que Donald Trump parece haber olvidado las lecciones del célebre antecedente a medida que se empantana cada vez más en el fango del escándalo Epstein. En marzo de 2003, este caso demostró como ningún otro que los intentos de censura o eliminación de algunos contenidos suelen tener el efecto contrario: los viralizan.

En ese momento, la cantante y estrella de Hollywood Barbara Streisand quiso censurar una foto de su casa frente al mar y solo logró potenciar el interés global en algo que de lo contrario hubiese pasado inadvertido. Era una más de las 12.000 imágenes que tomó el fotógrafo Kenneth Adelman de la costa de California y que estaba escondida en su página web. Cuando Streisand intentó censurarla, sólo logró que la vieran cientos de miles de personas.

La semana pasada Trump volvió a disparar alarmas en las redacciones de Estados Unidos al presentar una demanda por nada menos que 10.000 millones de dólares contra The Wall Street Journal, Dow Jones, News Corp y dos de sus periodistas. La razón: el diario, tradicionalmente alineado con los republicanos, reveló una supuesta carta de cumpleaños con un dibujo lascivo enviada en 2003 por  Trump a Jeffrey Epstein, el financista que se suicidó en prisión tras múltiples acusaciones de tráfico y abuso sexual a menores.

Y fue más allá en su castigo: anunció esta semana que restringirá el acceso de los periodistas del diario a la cobertura presidencial. The Wall Street Journal y su propietario, Rupert Murdoch, se mantuvieron firmes, ratificaron su información y dijeron que se defenderán “con vigor”. También dieron señales de que no se dejarán amedrentar: en una nota publicada el miércoles pasado, el diario informó que el nombre de Trump aparece “múltiples veces” en los documentos del caso Epstein.

El caso amenaza con atraer más atención al rol de Trump en el escándalo Epstein (incluso podría tener que declarar) y destapar aún más la caja de Pandora de un caso que el presidente norteamericano quiere enterrar a toda costa. Lecciones del “efecto Streisand”.