La polémica había escalado rápido, pero el secretario general del partido, Raúl Bittel, aseguró que la legisladora no fue expulsada ni suspendida de manera definitiva. Lo que existe, explicó, es una recomendación del Tribunal de Disciplina para su apartamiento preventivo, mientras se desarrolla el proceso interno.
“Lo que hubo fue una recomendación del Tribunal de Disciplina, no una suspensión firme. Todavía hay instancias que deben resolver y, en caso de reincidencia, podrían aplicarse sanciones más severas”, señaló Bittel, en un intento de bajar el tono a un escándalo que ya había recorrido las portadas de los medios y las redes sociales.

La situación de Charole arrastra su origen a la sesión del 20 de agosto en la Legislatura chaqueña, cuando la discusión por la cláusula gatillo para los docentes terminó en un caos de gritos y acusaciones cruzadas. La legisladora quedó en el centro de la tormenta: primero no votó, luego se la acusó de haber sido presionada, y finalmente su decisión permitió que el proyecto avanzara. Ese episodio fue el que abrió la puerta a las denuncias por inconducta y a la intervención del Tribunal de Disciplina.
El Consejo partidario deberá evaluar el caso y definir si se confirma una sanción o si el tema queda solo en un llamado de atención. Mientras tanto, Charole conserva su banca, pero con un capital político debilitado y con la mira puesta por sus propios compañeros de bloque.