Griselda Reynoso pidió justicia “para quien sea el verdadero culpable”

Entre lágrimas, aseguró que “hace dos años y medio” está detenida por algo que no hizo y pidió que “si hay un culpable, que lo pague”.

Reynoso relató su vínculo con Marcela Acuña y Emerenciano Sena, a quienes definió como figuras de contención en su vida. “Desde los 15 años estoy en el movimiento. Marcela fue como mi mamá, y Emerenciano, como mi papá”, expresó. Recordó que ambos la ayudaron cuando falleció su abuela, en un momento en que “no tenía dinero ni para comprarle un cajón”.

Durante su testimonio, negó haber tenido participación en el hecho ni conocimiento de la presencia de sangre en los elementos que fueron retirados de la vivienda de los Sena. “Ese día, Marcela me pidió que done una cama y un colchón. Llamé a Alfredo Aguirre, que siempre se encargaba de retirar las cosas. Yo no toqué nada ni vi nada raro”, aseguró ante el tribunal.

La imputada explicó que sus tareas eran de acompañamiento y asistencia: “Yo abría la puerta, ayudaba con las donaciones, buscaba boletas o ropa para lavar. Nunca hice limpieza”. También habló del tiempo que lleva privada de libertad y del impacto que tuvo en su familia: “Mi bebé tenía dos años y medio cuando me detuvieron; ahora tiene cinco. Hace más de dos años que no puedo ver a mi mamá ni a mis hermanas”.

La declaración de Reynoso, que duró apenas unos minutos, se sumó a la serie de testimonios de los acusados que optaron por centrarse en sus historias personales y en su relación con los Sena antes que en los hechos investigados. “Yo quiero estar con mi hija. Si hay un culpable, que lo pague”, cerró la imputada antes de retirarse de la sala, visiblemente conmovida.