Los diez deportados fueron recibidos por familiares en el aeropuerto de Ezeiza, con quienes se abrazaron y lloraron. Luego, mostraron una fuerte disconformidad con la gestión republicana en Estados Unidos.

“Es notable el odio en cuanto al racismo en esta paupérrima gestión de Trump”, señaló Matías García, un hombre que emigró a Estados Unidos en 2001 y que desde entonces tenía su vida establecida allí. García contaba con trabajo, dos hijos y realizaba un trámite cuando lo detuvieron. Según contó había una orden de deportación en su contra desde 2015, sobre la cual -aseguró- nunca había sido notificado.
Según su testimonio, tenía permiso de trabajo hasta 2030. Fue detenido entre el 21 y 22 de agosto. “Mi hija tiene 21 años y luego de concluir el trámite me dijeron ‘pase por el costadito para unas preguntas adicionales’. Y ahí me llevaron”, describió.

“Están partiendo familias a la mitad. Hay cosas inverosímiles de las cuales se están agarrando para sacarse de encima a los inmigrantes”, afirmó García con la voz entrecortada.
García reconoció que ahora deberá aprender a vivir en la Argentina siendo un adulto, dado que cuando emigró del país tenía apenas 20 años.
Fuente: TN