Gloria Romero, madre de Cecilia Strzyzowski, rompió el silencio con un emotivo mensaje publicado en Instagram, donde expresó su alivio después de más de dos años de miedo y angustia. Bajo la frase “Gracias Chaco”, Gloria habló durante varios minutos, entre lágrimas, agradecimientos y confesiones profundas.
“Estas lágrimas son de alegría y de tranquilidad. Gracias a Dios, esos hijos de puta no van a poder llegar a Ángela”, dijo, en referencia al temor que sostuvo durante toda la investigación por la seguridad de su otra hija. Explicó que vivió dos años “pensando que en cualquier momento venían por ella”, y admitió que en ocasiones se arrepintió de haber denunciado: “Si me matan a mí no importa, pero ella merece vivir”.
“Tengo picos de presión, se me sube, se me baja… esta causa se llevó mi salud”, reconoció, al justificar por qué evitó entrevistas en los últimos días. También pidió disculpas a los periodistas y a quienes no pudo atender: “No puedo, entran demasiadas llamadas”.
Agradeció especialmente a quienes acompañaron la causa desde el comienzo. “Gracias al Puma”, dijo en referencia al fiscal Gustavo Briend. “Sé que no fue fácil trabajar conmigo”. También mencionó a la doctora Nelia Velázquez, al fiscal Martín Bogado y al abogado querellante Juan Arregín: “No sé qué generó nuestra pelea, pero no viene al caso. Un abrazo”.
La lista de agradecimientos siguió: profesores, amigas de danza de Cecilia, compañeros del colegio, familiares, grupos militantes, vecinos de distintas provincias y periodistas. “Una madre nunca olvida a quienes le ayudaron”, afirmó.
Fe, dolor y preguntas sin respuesta
Gloria también habló de su relación con la fe. Confesó que muchas veces asiste a misa sola para evitar quebrarse en público: “Lloro mucho cuando estoy ahí. Tengo muchas preguntas a Dios. ¿Por qué mi hija? ¿Por qué ella?”.
Hacia el final del mensaje, se mostró profundamente aliviada. “Por fin voy a poder dormir tranquila sabiendo que esa gente no va a lastimar más a nadie”. Y recordó que este sábado también era el cumpleaños de Ángela: “Su hermana pasó a ser mayor que ella. Hoy hice una torta yo, porque siempre la hacía Cecilia”.