Tilly Norwood, recordemos el nombre de esta actriz. Será una estrella, pero será difícil que firme un autógrafo, salvo que sea digital. Porque Tilly, nombre sacado de Peter Pan, simplemente no existe. Es una creación de la inteligencia artificial (IA) y, hasta aquí todo bien…
Pero lo que sorprende, es que desde hace unos días la prometedora actriz está representada por una agencia de talentos que le buscará películas en las que actuar, aunque será más difícil encontrar comedias teatrales, anuncios que rodar o videojuegos en los que aparecer.
Ya no habrá actores de carne y hueso, entre otras cosas porque no son inmunes al defecto de envejecer, tanto en carne como en hueso, y a veces incluso de morir, sino estrellas que pueden conocer el don de la inmortalidad, que pueden ser iguales para siempre y que son capaces, como De Niro o Gassman, de pasar del drama a la comedia. Pero son rostros sin alma, manipulados por el director de turno.
Tilly no, Tilly puede ser uno, nadie y cien mil. Pero no porque sea buena actriz o porque tenga un carácter determinado. No, es un delicioso rompecabezas de todo. Pero no es Jessica Rabbit. No es un Avatar. Tilly tiene su propia emotividad.
Así lo describe el artículo de Deadline: “A diferencia de los avatares estáticos, los personajes de IA de Xicoia se desarrollan con historias completas, voces distintivas, arcos narrativos en evolución y personalidades plenamente desarrolladas. Los personajes pueden mantener conversaciones improvisadas, recitar monólogos, responder a las tendencias en tiempo real y adaptar el tono y las referencias para satisfacer al público específico de la plataforma. Funcionarán según un modelo híbrido de supervisión creativa humana y capacidad de respuesta autónoma de la IA, lo que garantizará la relevancia cultural y la seguridad de la marca, al tiempo que se mantiene la ambición creativa”.
En resumen, la perfección. Además, no tienen pretensiones en el plató, no necesitan que un asistente vaya a recogerlos a casa, no requieren maquilladores ni vestuaristas, ya que ellos mismos serán digitales, no necesitan ir al restaurante a la hora del almuerzo, no discuten el guion… ¿Qué más se puede pedir?.
