En el marco de las celebraciones por la fiesta patronal de Nuestra Señora de la Merced, Patrona Jurada de la ciudad de Corrientes, se llevó a cabo este miércoles un acto litúrgico de gran relevancia para la Iglesia local: la imposición del Palio arzobispal a monseñor José Adolfo Larregain, arzobispo de la Arquidiócesis de Corrientes.

La ceremonia fue presidida por el Nuncio Apostólico en Argentina, monseñor Miroslaw Adamczik, y se desarrolló ante una multitud de fieles en un escenario especialmente montado en las inmediaciones de la iglesia de La Merced, sobre las calles 25 de Mayo y Buenos Aires.
El Palio arzobispal es un ornamento litúrgico de profundo simbolismo. Tejido con lana de ovejas esquiladas el día de Santa Inés, representa a la oveja perdida y al Buen Pastor, y expresa la comunión del arzobispo metropolitano con el Papa.

Antes de ser entregado, cada palio es bendecido en Roma y depositado durante un tiempo sobre la tumba de San Pedro, como signo de unidad y continuidad apostólica. El propio monseñor Larregain había explicado que el rito “tiene un sentido teológico y pastoral con una larga tradición en la Iglesia”.