Miles turistas están varados en Machu Picchu

El acceso a Machu Picchu, la joya turística más importante del Perú y una de las maravillas del mundo moderno, se encuentra bloqueado desde hace cinco días. La protesta es algo que sorprende porque puede tener complicaciones. La Unesco que declaró a la “montaña sagrada” como patrimonio cultural de la humanidad, sigue de cerca la situación, ya había advertido sobre el riesgo de saturación del monumento, y ahora suma preocupación por la conflictividad social.

Comunidades campesinas del Valle Sagrado decidieron hacer visible un reclamo de años. Están cansadas de lo que describen como “años de exclusión” en los beneficios que genera el turismo. Reclaman que el dinero que genera – es una de las fuentes principales de ingreso para el PBI de Perú – no les llega a sus comunidades. Ellos que son los que principalmente contribuyen a sostener la infraestructura del viaje al corazón de la ciudad de los Incas que recibe por año alrededor de 1,5 millones de personas,  sienten que el sitio ya no les pertenece. 

Turistas que llegan desde todo el mundo, intentan alternativas para no perder un viaje muy costoso. Por lo tanto, algunos intentan salir a pie por rutas alternativas, pero las autoridades desaconsejan esa opción por el riesgo de derrumbes. El viaje a Machu Picchu se puede hacer a pie en una marcha de casi 7 días. Pero se puede acortar utilizando el servicio de tren de Cuzco. Ahora, eso no es posible. porque están totalmente paralizados.

Mientras tanto, los turistas varados no esconden su malestar. Otros, con más paciencia, observan la protesta con resignación porque les parece un reclamo justo. “Entendemos su reclamo, aunque nos complica”. La mezcla de frustración y solidaridad marca la vida diaria en Aguas Calientes, un pueblo que vive enteramente de la máquina turística y que hoy sobrevive con la incertidumbre de no saber cuándo volverán a circular los trenes.