Lejos del búnker de La Libertad Avanza en La Plata, Jorge Macri optó el domingo por la noche por ir hasta Vicente López a felicitar a Soledad Martínez por el triunfo de su lista en su municipio en medio de la debacle libertaria de la primera sección electoral. El jefe de Gobierno porteño, a quien Javier Milei le negó el saludo en público en reiteradas oportunidades, guarda un prudencial silencio pero asoma como uno de los dirigentes dispuestos a recuperar la identidad y volumen electoral propio del PRO de cara al 2027.
“Lo que quedó en claro este domingo es que ya no pueden mear a nadie”, fue la tajante definición de un dirigente del macrismo en relación al gobierno nacional tras la paliza sufrida por La Liberad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Además de Jorge Macri y Soledad Martínez, que se impuso en su municipio con 55% de los votos y resistió el embate de la Casa Rosada para que le armen la boleta, existe otro grupo de dirigentes que no esta dispuesto a entregarse a La Libertad Avanza. María Eugenia Vidal fue una de las pocas que se atrevió a criticar de manera explícita el acuerdo avalado por Mauricio Macri con Karina Milei en la Ciudad de Buenos Aires e incluso apoyó la campaña en Chubut del gobernador Ignacio Torres, otro de los que no aceptó una alianza en su provincia con LLA.

El destrato de los Milei al PRO tendrá consecuencias también en octubre en provincia de Buenos Aires donde los intendentes macristas tampoco lucen dispuestos a traccionar votos para la Casa Rosada en sus municipios. La fallida estrategia a cargo de Cristian Ritiondo, de acordar a toda costa y a cualquier precio con La Libertad Avanza, comienza a pasar factura interna a partir de la derrota de este domingo.