El Gran Premio de Las Vegas ofreció uno de los fines de semana más convulsionados de toda la temporada de Fórmula 1. Lo que empezó con una largada caótica terminó cuatro horas después del festejo en el podio con un golpe de escena monumental: la Federación Internacional del Automóvil (FIA) desclasificó a los McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri por irregularidades técnicas, lo que modificó por completo el resultado final y encendió la definición del Mundial.
Al terminar la carrera, el piloto argentino no ocultó su frustración. En zona mixta, dio una de sus declaraciones más sinceras —y duras— desde su debut en la categoría.
“Una carrera muy frustrante. Fui muy lento toda la carrera. Tenía cero grip. Parecía… No se podía doblar el volante, que se corría la parte de atrás… No sé si todo es por los daños que tenía o qué, pero la verdad es que fue un desastre hoy el auto”, expresó visiblemente contrariado.
Colapinto detalló que el Alpine no respondía en ningún punto de la vuelta: “Tuve cero grip toda la carrera atrás, no podía acelerar, no podía doblar con freno, combinar en la entrada, porque se corría, y cada vez que trataba de cargar la rueda trasera se movía”.

Verstappen ganó, pero el foco estuvo en los escritorios
Mientras Colapinto lidiaba con su propio calvario en pista, arriba en el clasificador Max Verstappen volvía a imponerse, esta vez sobre Lando Norris y George Russell. Sin embargo, el festejo del podio terminó siendo apenas un anticipo de un escándalo mayor.
Horas después, la FIA detectó irregularidades técnicas en los McLaren de Norris y Piastri. Ambos fueron desclasificados, un golpe durísimo para el equipo británico y un giro inesperado en la pelea por el Mundial de Pilotos. Con los resultados modificados, la diferencia entre los principales contendientes se achicó y el campeonato quedó encendido de cara a las últimas dos fechas.