Por un enfrentamiento partidista sobre la salud y el presupuesto, Estados Unidos cerró su gobierno (shutdown) desde la medianoche del miércoles luego de que fallaran las negociaciones presupuestarias. Es la primera vez que esto ocurre desde 2019, ocasión en la que también presidía Donald Trump, durante su primer mandato.
“Probablemente habrá un cierre”, había afirmado el mandatario a los periodistas en el Despacho Oval horas antes del límite clave. “Nada es inevitable, pero diría que es probable”, agregó.
Esto fue lo que finalmente sucedió. Demócratas y republicanos reunidos en el Capitolio no alcanzaron un acuerdo, y ahora miles de trabajadores federales podrían ser suspendidos o despedidos. “La falta de fondos significa que funciones gubernamentales cruciales, desde servicios de préstamos para pequeñas empresas hasta parques nacionales y capacitación laboral para veteranos, se suspenderán hasta que los legisladores aprueben más fondos”, informó The Washington Post.

Según se detalló en el mismo medio estadounidense, funcionarios de la Casa Blanca señalaron que buscarán utilizar este particular escenario para reestructurar profundamente el gobierno federal. En ese sentido, el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, indicó a las diferentes dependencias estatales que, en cambio de imponer licencias, consideraran la posibilidad de llevar a cabo despidos masivos.