Aunque el chaqueño de 19 años se mantuvo inflexible en su postura de querer viajar a Chile ante el Bayer 04 Leverkusen, y que en esa sintonía ejerció presión hasta este miércoles, la decisión del club -consensuada con el City, dueño de la ficha del Diablito- pesó más en la pulseada.
Los alemanes -cómo habían adelantado a través de Simon Rolfes, su Director Deportivo- no estaban obligados a ceder a Echeverri: como el Mundial no es parte del calendario FIFA de mayores, no hay regla alguna que los fuerce a dejar ir a su futbolista. Todo dependía de la buena voluntad o de las negociaciones.
En el caso del Diablito, la coordinación de Selecciones Juveniles trabajó durante semanas para buscar una solución. Pero en Leverkusen se mostraron intransigentes. Ni siquiera el hecho de que el Mundial se juegue en fecha FIFA, y que por esa ventana las instituciones apenas perderán durante un breve lapso: los diez previos al arranque de la competencia y los cinco posteriores, en caso de que los citados lleguen a la final. Pero no hubo forma de torcer la decisión.
Con el almanaque conspirando en contra de sus aspiraciones, Diego Placente entonces debió prescindir de manera forzosa de su capitán y figura. Un chaqueño que con el DT ya había sido referente de la Sub 17 (fue el MVP del Sudamericano y el Mundial 2023) y también del torneo clasificatorio que se celebró este año en Venezuela.
En este contexto, a las de Mastantuono, Echeverri y Tomás Pérez (Porto) se sumó la imposibilidad de llamar a Aaron Anselmino (Borussia Dortmund). Y queda por resolverse si Valentín Carboni (Genoa, a préstamo desde Inter) y Julio Soler (Bournemouth, es hasta ahora el que mayores probabilidades tiene) reciben el visto bueno para ir a Chile.
