El exsecretario penal del Juzgado Federal N°1 de Corrientes, Pablo Molina, fue condenado a cuatro años de prisión por el delito de abuso de autoridad. El veredicto, dictado por el Tribunal Oral Federal (TOF) de Corrientes, también incluye una inhabilitación de ocho años para ejercer cargos públicos.
La condena se basa en una investigación por narcotráfico en la que Molina, aprovechando su posición, ordenó intervenir líneas telefónicas ajenas al caso. Según se determinó, el funcionario utilizó su cargo para espiar a su esposa y a un presunto amante.
El fiscal general de Corrientes, Carlos Schaefer, calificó el hecho como un caso “inédito” e “histórico”, destacando la gravedad de la conducta. “Lo que hizo esta persona fue agregar dos teléfonos más a una investigación de narcotraficantes, pero que era para escuchar a su mujer y a otra persona”, indicó Schaefer.
El fiscal también señaló que este no es el único antecedente de Molina, quien estaría vinculado a la recepción de coimas de narcotraficantes para su liberación.
