Orlando Pachinsky advirtió por los “profundos recortes y cambios estructurales” que atraviesa el INTA en todo el país. “Estamos trabajando con un presupuesto aprobado en 2022”, alertó.
El secretario del gremio APINTA Seccional Sáenz Peña, Orlando Pachinsky, alertó sobre el impacto del ajuste impulsado por el Gobierno nacional sobre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), al que definió como “una columna vertebral del desarrollo agropecuario nacional”. En diálogo con radio La Red, aseguró que la institución atraviesa “una situación bastante alarmante a nivel institucional”.
“El INTA no sólo es una institución del Estado. Tiene una estructura federal, con presencia en todo el país, desde la Antártida hasta la Quiaca”, destacó Pachinsky. En ese contexto, denunció que “se están sufriendo distintos tipos de achaques institucionales y recortes. Se han modificado estructuras y se planea cerrar centros de investigación y agencias de extensión, lo que conlleva el despido de un importante número de personas”.
Entre las medidas más críticas, mencionó el pedido del Ministerio de Desregulación, a cargo de Federico Sturzenegger, de dar de baja a 1.500 personas a nivel nacional. “Ya hubo casos de despidos en Sáenz Peña por recortes de programas. Se recortó Prohuerta, Cambio Rural, se habilitó el retiro voluntario y se redujo la estructura local”, detalló.
También advirtió por la pérdida de autonomía institucional de darse una reforma del Consejo Directivo: pasar de un esquema de mayoría técnica y representativa a otro con cuatro miembros designados por el Ejecutivo y cuatro por asociaciones gremiales. “Se está cambiando la gobernanza del INTA, que fue creado por ley. Esto avasalla el quehacer institucional”. Además, reveló que desde el año pasado “venimos con cuasi censura, con palabras que no podíamos usar en informes o publicaciones, como arqueología, cambio climático o soberanía alimentaria”. “El objetivo es político: poner palabras clave en el sistema de comunicación y tener un mayor control”, denunció el dirigente gremial.
Pachinsky defendió el rol estratégico del instituto: “El INTA trabaja para la agricultura sustentable, la agricultura familiar y las economías regionales. Hay un trabajo de más de 70 años de investigación, con logros importantísimos”. Señaló además que “la vestimenta que usamos, como el algodón, fue desarrollada por INTA en el Chaco. Incluso las sopas en polvo que consume todo el mundo son un desarrollo del INTA”.
En ese contexto, cuestionó con dureza los planes oficiales: “Quieren generar una inmobiliaria, vender estructuras y campos del INTA, laboratorios y mobiliario que hacen al desarrollo de la investigación”.
También apuntó al problema presupuestario: “Hoy no sabemos qué va a pasar. Estamos con un presupuesto de 2023, aprobado en 2022, y la inflación ya se lo comió”. Según explicó, “el presupuesto solo alcanza para pagar servicios. El resto se maneja con proyectos público-privados, y hay personas que están poniendo plata de su bolsillo para poder seguir investigando”.
Finalmente, remarcó: “Todos los entes descentralizados del Estado están sufriendo esto. Lo que quieren es estatizar los recursos humanos y el presupuesto, para disponer del personal y del dinero como quieran. Hoy no tenemos certeza de cómo seguirá la investigación”.